miércoles 15 Jul, 2020
Tenía apenas dos años cuando la atrofia muscular espinal (AME) comenzó a afectar su crecimiento. Hoy, casi dos décadas después, Alfonsina Soler continúa luchando como desde un comienzo. Aunque el paso del tiempo la llevó a enfrentarse a procedimientos quirúrgicos e internaciones, su energía la desborda y su amor por el arte la mantiene siempre activa. “Hay grados de la enfermedad. Yo tengo el grado 2. A mí me afectó a los brazos, no camino”, explicó.
Dibujante, cantante y estudiosa de la música, contó en el aire de Allá Voy que siempre disfrutó expresarse a través del arte. “Yo amo cantar. El canto es disfrute y salud. Una profe me ayudó a subir la capacidad pulmonar, entendió el funcionamiento de mi cuerpo. Mi neumonólogo se sorprendió de que subiera la capacidad pulmonar por el canto. Cada persona es un mundo”, relató y agregó que “vivir así te hace tener mucha percepción del cuerpo”.
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